Las profecía maya se ha cumplido y "el mundo ha llegado a su fin, tal cual lo conocemos", así que ¡sálvese quién pueda!... básicamente esa es la trama de 2012, y si en el pasado has tenido oportunidad de ver una película de Roland Emmerich (ID4), ya sabes a qué clase de clichés te estás enfrentando en esta cinta (como el típico "si eres perro, seguro te salvas").
Así como no hay mucho qué decir de la trama, tampoco hay mucho qué criticarle (o elogiarle), solo se trata de una película palomera, donde ves cómo se destruyen uno a uno monumentos históricos, donde hay un presidente estadounidense que es ejemplo a seguir, donde si te portas mal, seguro te vas a morir y que por desgracia es una hora más larga de lo que debiera.
En conclusión, si tienes muchas ganas de ir al cine, y lo único que exhiben en él son 2012 y "Churrúsculo" (y de plano sientes la urgencia de gastar 50 pesos en la entrada y no puedes esperar a verla en el canal Sony en un par de años), pues entra a verla, pasarás un rato ameno pero nada más.
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