Wall-E es un robot cuya misión es recolectar basura y compactarla en "cubitos"; él no fue el único robot diseñado para realizar esta función, sin embargo por algún motivo es el único que aún sigue en operación.
Wall-E tiene una afición de recolectar "cosas" llamativas, es decir, hay ciertas cosas que no compacta ya que le llaman tanto la atención que prefiere llevarlas a su colección privada.
Un buen día, una gigantesca nave llega a la tierra y deposita un pequeño robot de nombre Eva, el cual es de pocas pulgas (a la menor provocación dispara su cañón) y anda por todos lados buscando su "directiva".
¡WOW!, no se que decir de Wall-E que no suene a "Pixar fan-boy", pero la verdad es que esta película simplemente me encantó; aquí se nota la diferencia entre las Big Macs producidas por Dreamworks y las obras de arte producidas por Pixar.
No digo que todas las películas de Pixar sean de 10, por ejemplo Cars es la más "débil" de la colección y considero un grave error que quieran producirle una secuela, pero de ahí en más Pixar sorprende una y otra vez con sus producciones... ¡y no por la calidad de la animación!, sino por sus historias que al final de cuentas es lo que más importa.
Mi única queja con respecto a este filme, es cierto aspecto estético que por desgracia no puedo comentar en esta reseña ya que "spoilaría" cierta escena de la película, quizás no es muy importante, pero prefiero no recibir "hate-mail".
No diría que es mejor que las Toy Stories, pero quitando éstas sin duda estamos ante la mejor película de Pixar.
De cualquier forma, olvídense de Pandas karatekas o de Agentes de Control, esta película vale mucho los 40 pesos (más palomas) que gastan en la entrada del cine... ¡es más!, ¿dónde está Andrew Stanton para pagárselos en persona?.
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